Previo a la pandemia, múltiples negocios de diferentes giros se planteaban la necesidad de una transformación digital, migrando a plataformas online y diversificando sus mercados; no obstante, crisis sanitaria Covid-19 aceleró el crecimiento del e-commerce (comercio en línea) y esto a su vez la demanda de naves industriales de última milla.
Las naves industriales son edificios destinados a la fabricación o almacenaje en general que pueden contener desde la producción y manufactura de cualquier tipo de producto, hasta el almacenamiento de bienes de todo tipo.
El auge del comercio electrónico, impulsado por los cambios de hábitos de los consumidores a raíz de la pandemia, es hoy en día uno de los mayores desafíos a los que se enfrentan las empresas de todo el mundo.
En el caso del sector del transporte y la logística, el incremento de la actividad comercial ha generado, entre otras cosas, la necesidad de contar con espacios que alberguen centros logísticos altamente eficientes que hagan frente al nuevo volumen de pedidos generado por este ‘boom’ del comercio electrónico.
El comercio electrónico tuvo un crecimiento exponencial tan acelerado que en México alcanzó los 316 mil millones de pesos en 2020, lo que representó un incremento del 81% con respecto a un año atrás, así precisan los datos del reporte “Venta Online 2021”, elaborado por la Asociación Mexicana de Venta Online.
Se podría establecer que el e-commerce es el responsable de que el subsector industrial inmobiliario tuviera una variación positiva del 62%, tal como lo establece el Reporte Inmobiliario 2021 de Lamundi, debido a que las empresas han tenido que recurrir a centros logísticos, así como de distribución y almacenaje de mayor tamaño, más cercano a los centros urbanos y dotados de mejor tecnología.
Hoy, las empresas se enfrentan a grandes retos que tienen que ver con las entregas, la relación con el cliente, los medios de pago o la necesidad de comunicarse de manera más clara y directa a través de los diferentes canales de información. En otros casos, las empresas no sólo han recurrido a la renta de espacios industriales o al mercado de bodegas especializadas, sino también a invertir en desarrollarlos, equiparlos o transformarlos.
De momento, las grandes empresas han dejado claro su interés en seguir realizando inversiones para mejorar su red de infraestructuras y hacer crecer así su capacidad comercial, con el objetivo de recortar al máximo los tiempos de entrega en beneficio de los clientes. Como es el caso de Amazon, que ha anunciado la ampliación de su flota de furgonetas con un pedido de cien mil unidades.
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