Mejorar el nivel de desempeño y rendimiento de los equipos de trabajo para aumentar la productividad y eficiencia en el uso de los recursos, son factores de supervivencia en el contexto económico actual. A continuación enlistamos cinco formas de alto impacto aplicadas al contexto de la gestión de una obra de construcción para que, de este modo, mejore la rentabilidad del proyecto.
Estructurar un plan estratégico de ejecución.
En toda obra debe existir un plan o programa de obra que indique claramente los tiempos en que se ejecutará cada concepto o partida del proyecto, es de suma importancia proyectar este plan de obra lo más apegado a la realidad que sea posible porque derivado del tiempo que se mantenga la construcción activa, impacta directamente en los costos que tendrá el proyecto, sobre todo de mano de obra, lo cual conlleva a un impacto en la rentabilidad. Este programa de obra deberá establecer metas y objetivos claros a lograr con fechas límite para mantener al equipo enfocado en las actividades claves, así como metas de productividad que se podrían lograr, ya sea por implicar menor tiempo o reducción de costos.
Aclarar la responsabilidad de cada miembro del equipo.
Una vez que el plan estratégico se encuentra definido, lo siguiente es impartir de manera directa y clara las responsabilidades que tendrán los distintos miembros del equipo, esto permite dirigirnos de manera rápida con la persona correspondiente que presente algún retraso o problema en la obra y al mismo tiempo, ceder el tiempo a los otros miembros del equipo que no estén implicados en ese problema.
Priorizar la comunicación interna.
Iniciada la construcción, la comunicación interna entre los miembros del equipo de trabajo es la nueva actividad clave a realizar, la construcción de una obra pequeña o grande por lo general presenta complejidades inherentes a la actividad misma de construir o imprevistos que solo surgen al momento de estar en la ejecución; la comunicación es lo que nos permitirá resolver cualquier complejidad de manera pronta y efectiva. De igual manera esta comunicación debe servir para reconocer el valor de cada trabajador y felicitarnos cuando las cosas están resultando de manera correcta.
Revisar los procesos internos.
Constantemente nos debemos cuestionar la forma en que operamos y para esto el monitoreo de los procesos internos promueve el buen funcionamiento del negocio, el control de los procesos ayuda a identificar obstáculos, problemas y fallas en la planificación, así como verificar el índice de repetición de tareas, el nivel de burocracia y otros aspectos que interfieran en el desarrollo adecuado de dichos procesos.
Utilizar un software de gestión.
Por último, pero no menos importante, el utilizar un software que permita establecer un plan estratégico de ejecución de obra (punto 1), una comunicación interna efectiva (punto 3) y revisión de los principales indicadores para el resultado de los procesos internos (punto 4) es imprescindible, contribuye al desarrollo del negocio permitiendo que los gestores acompañen la ejecución del trabajo de los colaboradores y, posteriormente, midan su productividad.
Por esta razón SALI es el software ideal para el control del avance de obra, proceso base y núcleo que define y moldea el comportamiento del proyecto constructivo durante todo su desarrollo. Además, SALI facilita el intercambio de información digitalizándola directamente en el sitio de la construcción a través de la captura en su aplicación móvil, obteniendo los siguientes beneficios:
Centralizar la información corporativa permitiendo, de este modo, que todos los colaboradores accedan a los datos en el momento que necesiten.
Eliminar la ejecución manual de los procesos repetitivos.
Promover una toma de decisiones certera.
Optimizar el monitoreo de la productividad del equipo.
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